domingo, 19 de abril de 2020

Emisión o nuevo rumbo económico?

El pan y queso es un legendario procedimiento para que los "capitanes" de cada equipo de fútbol seleccione sus jugadores. Por supuesto que en principio se eligen los mejores, para ir quedando como rezago, los supuestamente menos buenos. Al final, alguien se queda con el que nadie elige.

Este maldito virus según la OMC provocara al menos una caída del PBI mundial del 15 al 30 por ciento. En verdad, estamos todos en el mismo mar revuelto, pero no todos en el mismo barco. Los diferentes países combaten con diferentes armas y estrategias. El tiempo dirá quien lo supo hacer mejor, con las herramientas que tenia.

Ante este escenario, no hay disenso entre los economistas sobre el papel que deben jugar los Estados, "poner plata en el bolsillo de la gente" y aquellos que tienen mas espalda, diferir los impuestos. Esta decisión fiscal (expandir la cantidad de dinero circulando) debe financiarse, es decir alguien paga los costos. Puede ser mediante la reasignación de presupuestos, comprando activos de inversores que se refugian en los dólares, con ahorros previos (no tenemos) y, finalmente con emisión.

A consecuencias de un formato de gestión, no queda otra alternativa que fabricar billetes para proveerlos a los más necesitados e intentar mitigar con algo de liquidez que la cadena de pagos no termine quebrada en su totalidad.

Nuestro Banco Central emitió solo en marzo $600 mil millones ( 33 por ciento) lo que podría transformarse en un verdadero salvavidas de plomo, aunque esta claro que a nadie (o casi) le importa este tema cuando la vida esta en juego.

Los ciudadanos que trabajan y se procuran sus propios ingresos, demandan dinero para comprar bienes o servicios que son necesarios para lo cotidiano, o para ahorrar e invertir.

Ludwing Von Mises (1881-1973) escribió una obra fundamental, "Teoría de dinero y del crédito" (1912) para intentar resolver la paradoja: el dinero es demandado por la gente (que entrega algo a cambio) no por el dinero en si, sino por lo que con éste puede comprar.

Mises, toma de C. Menger la idea que el dinero en su origen tenía un valor intrínseco (el oro vale por el oro en si mismo) "demanda no monetaria" y luego con el paso del tiempo, se suma la "demanda monetaria" que incorpora el valor de cambio de esa unidad monetaria.

Así nace el concepto del "teorema regresivo del dinero". Digamos que el dinero que hoy demandamos para nuestro funcionamiento tiene incorporada la experiencia histórica de lo que éste pudo comprar últimamente. Entonces el dinero genera su propia demanda.

Del otro lado del que da el dinero (por algo a cambio), esta quien lo recibe y que puede no utilizarlo de forma inmediata sino que también puede intercambiarlo por otros bienes o servicios en un futuro.

La pregunta que se hace este último, no es lo que obtuve hoy por lo que di a cambio, sino que podré comprar próximamente. Podré reponer lo vendido, perderé en función de mi costo vs. la inflación o a pesar de todo, me quedo un margen para vivir? Preguntas que en una economía tan compleja como la nuestra, es más fácil resolver el acertijo de los 3 dioses del mago y matemático Raymond Smullyan.

En los inicios del papel moneda, este representaba una deuda que se podía rembolsar en el momento o bien en el futuro con intereses de por medio para conservar su valor.

Quiso la rentable expansión de la actividad bancaria y los Estados financiados por sus bancos centrales, que los emisores de estos papeles dejaran de cumplir con sus compromisos y mediando el poder coactivo obligar a sus tenedores utilizar estos papeles pintados declarados de curso legal.

Ahora, cuando el que emite este papel, el Banco Central no logra conservar el valor de los billetes, estos caen en relación a metales preciosos como el oro y aquel intentara que la moneda que nadie quiere igualmente sea utilizada.

Mises demostró que el precio o poder adquisitivo de la moneda se relaciona con una gama de productos o servicios que se pueden comprarse y, ante un incremento de la oferta (más pesos circulando), aumenta en un principio la demanda de bienes elevando los precios de la economía.

Esta dinámica genera una redistribución del ingreso y riquezas desde los creadores del dinero: gobiernos, bancos centrales y sistema bancario hacia aquellos que primero reciben estos dineros frescos como: las grandes empresas y proveedores del Estado a expensas de quienes lo recibirán solo migajas y en última instancia, paradójicamente serán mas damnificados aquellos a los que este perverso sistema dice ayudar.

Lo cierto es que un aumento en la cantidad de dinero no mejora el "servicio" que la moneda brinda (intercambio), sino lo contrario: a mayor cantidad emitida y disponible, cae su poder de compra generando un círculo vicioso de difícil y costosa salida.

Los ciudadanos (decía L.V.M), no necesitan crecientes saldos de caja ni siquiera una mayor oferta monetaria. Estos pueden obtenerlos gastando menos o siendo más eficientes en sus erogaciones y liberando fondos para aplicarlos en actividades que ofrezcan retornos.

Argentina tiene otras alternativas a la quizás más costosa: emitir dinero a toda velocidad para tapar el agujero. Así como los privados ajustamos el gasto y buscamos nuevas fuentes de ingresos, la economía agregada puede y tiene que optar por la misma regla de austeridad (pasado el Covid-19). Podremos capitalizar esta desgracia mundial, si cambiamos el rumbo económico y los principios rectores de una sana administración.

domingo, 22 de diciembre de 2019

Banca-me

ECONOMÍA

Banca me... y dame tu plata

Agroeducación abrió la inscripción al curso de postgrado en agronogocios edición 2020.

Tal cual era lo esperado, viviremos una aceleración de “inflación fiduciaria”, una política de expansión artificial de crédito qué, generando ciclos de abundancia ficticia que desagotan en crisis cuándo no hay un correlato de ahorro voluntario (o posible) por los privados. Claro, que el ahorro necesita de una moneda sana y excedentes que poder ahorrar. Pan hoy y ni un bizcocho mañana...

Los shocks monetarios son créditos artificiales, generan distorsiones en el esquema de las decisiones, consumos e inversiones que terminan lejos del proyecto original. O sea son burbujas de altísimos costos residuales.

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El proyecto socialista de un Estado tomando decisiones centralizadas fracasó y también lo hace la estrategia de planificación financiera. Un banco central no tiene como función ni cuenta con información para coordinar las decisiones de los particulares.

Las distorsiones qué resultan del torpe, impagable e ineficiente Estado, entorpece y anula las decisiones que siempre se basan en cálculos de precios. L.V. Mises y F. V..Hayek lo llaman “teorema de la imposibilidad económica del socialismo”. Si así no fuera, no tendríamos más de 40% de pobres, una economía estropeada por décadas y lo peor, redoblando la apuesta sobre recetas que no dieron resultados en ningún lugar del planeta, en la historia. Todo tiene su origen...

En occidente el Banco Central tiene poder coactivo, monopólico para emitir dinero y declarar su curso forzoso. Un poder equiparable al que tenían los reyes.

Todo nació allá por el “depósito irregular de dinero”. Esta figura da origen a la teoría del dinero, al crédito bancario y los ciclos económicos. El huevo de la serpiente. Nació la actividad bancaria ofreciendo dos servicios: 1) depósito irregular de dinero (guarda del dinero o la cosa el Tatundem), 2) préstamos a tasa de interés.

Aquellos que recibían dineros (cómo negocio) se vieron pronto tentados a violar la obligación de custodia y los usaron en beneficios propio, faltando a su palabra y compromiso. La Trapezitica (trapeza o mesa) 2.000 AC nació para brindar un servicio de guarda de dineros y bienes de valor.

Primero fueron los bancos privados y luego los públicos estatales, que no podían quedar fuera del negocio y bajo el supuesto garantismo del Estado, desarrollaron ingentes negocios que terminaron en crisis y quiebras fraudulentas.

Banca romana...

Los primeros bancos datan de aquellos constituidos en antiguos templos de Apolo, Delfos, Artemisa y Hera (en Damos), generaban la confianza institucional necesaria para el desarrollo de la actividad.

Isocrates (393 AC) tuvo como misión defender al hijo de Sátiro (rey del Bósforo) contra las fechorías del sin escrúpulos Pasion, un banquero ateniense, famoso por apropiarse de los depósitos de sus clientes. Cuando Pasión fue intimado a devolver los depósitos, llorando decía que: “había sido forzado por cuestiones económicas a utilizar los dineros depositados y que lo devolvería cuándo pudiera” (Pasion es argentino!). Así nació el coeficiente de auto-encaje fraccionario. Una picardía muy onerosa.

El negocio bancario nacía en la confianza de sus depositantes y en la honestidad (o el renombre) de los banqueros, que con la obligación de resguardar el “100% del dinero entregado la vista” fueron amasando redes y vinculos que los posicionaron en la escala mas alta del poder.

Por supuesto, y por tentación, los banqueros no cumplieron con su obligación. Artísticolos, Timodemo, Sisinomo entre otros, gentes con grandes y aceitados vínculos con el poder, cómplices y socios del negocio por antonomasia.

En el mundo Helenístico, Egipto de Ptolomeo vio nacer el primer banco estatal en Alejandría y con encaje fraccionarios. Fue Apolonio su primer director. ¡Ni el Papá quedó afuera!

Calixto (el mas bello) I, el papa 16º de la Iglesia Católica (217-222) fue administrador de bienes de un alto funcionario, el emperador Cómodo (Carpóforo), último miembro de la dinastía Antonina.

A la muerte de Ceferino, Calixto fue elegido como sucesor a pesar de ser ambicioso y corrupto. La circunstancia de ser un esclavo liberado no era un impedimento para ser elegido papa hasta que León I el Magno, en el siglo V, así lo dispuso.

Calixto I, papa y santo (217-222 AC) aceptó tener dinero de sus cristianos. La historia cuenta que intentó fugarse con los depósitos generando así la fraudulenta quiebra del banco de Calixto.

Calixto se fumó los depósitos de los confiados cristianos y trató de huir por mar. Fue apresado y confinado a las minas de Cerdeña, liberado en el 217 y finalmente,.martirizado.

La desintegración social y económica que vivió el imperio Romano resultó del licuado que provoco: políticas inflacionarias (pérdida del valor de la moneda); fijación de precios máximos (generaron escasez y mercados negros); proliferación del crédito artificial (sin ahorro privado). Un ejemplo más de la historia enseña que mayores dosis de coacción estatal (impuestos, cepos, créditos subsidiados, precios intervenidos), lejos de producir resultados eficientes, agudizan las crisis.

Argentina de la contumacia.

domingo, 8 de diciembre de 2019

Dale nomas, dale qué va...

Santos Discepolo en 1934, escribió Cambalache, un himno, el más simbólico y representativo de cómo somos, de cómo pensamos y también de cómo muchos actúan. Lo paradójico de este emblemático texto es su absoluta vigencia. Parece que 85 años no fueron suficientes para salir del lodo en el que seguimos empantanados.


Faltan 48 horas para dar vuelta una nueva página de la historia democrática argentina. Un presidente que se va, otro que llega y un reciclado de nombres e ideas que merodean recetas ya probadas y gestores bien conocidos. Argumentaba y con resultados Albert Einstein, que “es de locos pensar que las cosas cambian si seguimos haciendo siempre lo mismo”.


Cuando hablo de repetir recetas: intervenir precios, subsidiar actividades deficitarias, recargar de impuestos a una economía ya en apnea, “imprimir responsablemente”, “pagar cuando estemos creciendo” y un sin fin de definiciones, que suenan bien en campaña, pero ahora, magia? Que bueno seria replicar a los Estados, que pagaremos nuestros impuestos, cuando estemos creciendo y recuperándonos de la asfixia que las cargas provocan. Lo aceptaran? Seguramente.


Si hay algo que no amerita mas análisis, pero no damos prueba de aprendizaje, es que no podemos vivir de prestado eternamente. Cargamos +100 años insubordinados a las leyes de la física-económica y de verdad, quienes ocupan temporalmente los cargos ejecutivos esto no parece ocuparles de forma conciente y honestamente. Parece que el periodo de gobierno mas tiene que ver con maximizar sus apetencias personales, que con las de resolver los problemas y sentar las bases de juego para la argentina de nuestros nietos.


La bomba de succión.


El Estado se ha convertido en una bomba que aspira 75% del producto con casi 100 impuestos y más de 64.500 artículos para intentar no caer en off-side. Técnicamente inviable.


Esta maquina de aspiración, requiere del único sector que genera valor agregado y recursos en la economía: los privados. Somos quienes pagamos impuestos, los que sostenemos un sistema que nos devuelve burocracia y servicios de muy mala calidad.  


Cuando el Estado se queda “corto” (se la patinan o la direccional a discreción), acude a otra de las fatales herramientas (emisión monetaria) que desde la época de los romanos, constituye el principal motivo por el que la pobreza se consolida estructuralmente, la desconfianza se incrementa y la economía no progresa.


La moneda en si mismo un bien, un instrumento de protección sobre las libertades individuales (hacer uso de los resultados económicos legalmente obtenidos por la actividad laboral) y en contra del despotismo de los gobiernos que por medio de la degradación monetaria infieren sobre aquellos sobre los que dicen trabajar en la resolución de problemas.


La discusión académica es si la moneda tiene origen Catalactico (mercados fijan los precios) o bien Político (cuando es creada por el Estado a su gusto). Mas allá de esta cuestión que se dirime en la biblioteca, lo cierto es que los gobiernos, cuando disponen de la maquina y la usan, generan una distorsión en el valor económico del bien, además de la ruptura en términos de la confianza.


El pensador y economista Jean Bodin (1530-1596) presento en sociedad uno de los primeros escritos sobre teoría monetaria como respuesta a Jean de Malestroit, un cardenal frances que rechazaba la idea de los precios dinámicos en el largo plazo.




Jean Bodin en 1568, responde a Malestroit con su teoría cuantitativa del dinero (TCM) la que fuera luego ampliamente adoptada por los principales referentes económicos de aquella Europa renacentista.


Concretamente, Jean Bondino (asi también se lo llamaba) tuvo una importante influencia de los filósofos y teólogos de la escuela económica de Salamanca y de uno de sus principales referentes Martín de Azpilcueta (1493-1586) quien fuera también fuente inspiradora de Adam Smith.


Boden, identificaba ciertos argumentos que explican las causales por las que los precios adquieren su dinámica propia y no hay intervención que no los devuelva a su cauce.

  1. La existencia de los monopolios (único oferente que define precio)

  2. Las guerras, que causaban desabastecimientos prolongados

  3. Las colonizaciones (aumentaban las existencias de oro y plata)

  4. La adulteración de la moneda (se cortaba el oro con bronce y cobre)

  5. El exceso de demanda de reyes y príncipes

De los motivos precedentes, las colonizaciones proveían de ingentes cantidades de oro y plata con las que se confeccionaban nuevas monedas, generando asi una abundancia que por lógica decaía en su valor (por la mayor oferta), además del ya conocido “rebaje” en la calidad del metal. Circunstancias ambas, que fueron minando el valor y la confianza en los emisores (hoy Bancos Centrales).

Los metales como moneda, fueron dando paso al sistema fiduciario, es decir un esquema en el que los Estados emiten sus papeles de colores y que el valor de estos depende de la confianza que la comunidad tenga en este bien y que no se respalda por metales preciosos sino tan solo por la promesa de pago de quienes son los emisores.

Aquella incipiente TCM de Boden-Azpilcueta, fue evolucionando con las experiencias y las diferentes escuelas de pensamiento económico. A. Pigou y A. Marhall enfocaron su análisis sobre los disparadores de los individuos en mantener saldos reales de dinero en su poder (preferencias de liquidez y tasas de interés) o el caso de M. Friedman quien sostenía el análisis de la demanda de dinero en términos de su costo de oportunidad (la tasa de interés de otros activos y las riquezazas de sus tenedores).

Lo cierto es que la TCM, la teoría cuantitativa del dinero intenta desde su nacimiento explicar las causales derivadas de la inflación en un país por medio de su identidad P x Q = M x V o en castellano, que el valor de las transacciones (precio y cantidad) deben estar balanceadas con la cantidad de dinero (M) y la velocidad de circulación (V).

Si los gobiernos emiten dinero (“responsablemente” o no) alteran el equilibrio para dar respuesta a su exceso de demanda como reyes y príncipes, minan el valor de la institución (moneda), segregan la confianza propia de la fiducia y finalmente pisotean las libertades individuales.

Siempre estamos a tiempo de revertir la historia, siempre y cuando demos los pasos adecuados, quizás copiando a quienes luego de ser devastados supieron renacer, sin inventar nada, pero evolucionando en ideas y en soluciones que a la postre, fueron recetas magistrales.  

85 años después…“Vivimos revolcaos en un merengue y en el mismo lodo, todos manoseaos”




Las señales en la económia

Hace tan solo unos dias la sociedad argentina tuvo la posibilidad de elegir un nuevo rumbo económico, un nuevo gobierno, seguramente implicara un nuevo golpe de Timón. Uno mas. 


Todo parece indicar que volveremos a un esquema de precios intervenidos. Más de 4000 años de experiencia economía han demostrado que precios regulados no desactivan el flagelo inflacionario (no es causal directo) y que mas impuestos no solo que no reduce la pobreza ni mejor la redistribucion, sino que las empeora grandemente. Pero. Insistimos.


Cuál sería la función de un precio distorsionado?

Los precios en un sistema de libre mercado, incorpora las decisiones de millones de productores (producción) y consumidores (consumo), contempla todas las conductas y con cada interacción va conformando  una hoja de ruta sobre la que se basa la tan castigada competencia.

El precio es una guía, una señal que permite decidir que comprar o producir, en que cantidades y a quien. En definitivas activa un sistema de premios e incentivos que estimula el proceso de la mejor continua.


Cuando la época del trueque fue quedando atrás, la moneda en sus distintas versiones fue posicionándose en el centro de esta interacción para permitir el intercambio aceitar el mecanismo economico. Una moneda dura, de oro o plata, con un alto costo de extracción, stocks limitados y por ende un valor que perduraba en el tiempo.

Cuando hablamos de Valores, la teoría y práctica económica los separa en dos tipos:


1. Valor de cambio, de un bien en relación con el valor de otro bien, es un precio relativo.
2. Valor de uso, subjetivo que tiene para mí, un precio absoluto.

Ya Aristóteles hacía mención a que los intercambios entre personas libres se perfeccionaban solo si al menos reflejan la igualdad entre lo que se entrega a cambio de lo que se recibe.


Por otro lado el valor de cambio, incluye: una teoría objetiva: determinada por el costo de producción, la cantidad de horas necesarias para producir ese bien y teoría subjetiva: el valor de la cosa está determinada por mi apreciación personal así como también la escasez.





Entonces por qué se realiza un intercambio?

Por la propia naturaleza, cada cual realiza un intercambio si cree que aquello que va a recibir tiene su valor igual o superior a lo que entrega a cambio.

Esta forma de operar en la práctica es la que da el soporte la teoría subjetiva del valor en la cual cada individuo actuando libremente en sus apreciaciones personales intercambia en los mercados dando origen a los precios.

Alfred Marshall (1890) adiciona al análisis la utilidad marginal decreciente (demanda) y los costos (oferta) como las hojas de una tijera, que determina un punto a partir del cual los precios juegan el rol vital del intercambio.

En 1912, Ludwing Von Mises en su "teorema regresivo del dinero" incorporo la teoría subjetiva del valor con el dinero creado (de la nada) por el Estado, como una influencia decisiva a la hora del precio. Nace la inflación.

Probablemente los controles de precios sean uno de los temas más trillados en materia económica. 1800 años antes de Cristo el código de Hammurabi imponía precios máximos a bienes y servicios.

Los romanos hicieron lo propio a través de Diocleciano intentando controlar la inflación con precios maximos, cuando en verdad el origen se debia a la degradación de la moneda de plata agregándole cobre de menor calidad.

Durante la revolución francesa 1789, Robespierre y su reinado del terror, impusieron precios máximos lo que le valió el caldazo y la incineración de la máquina impresora de billetes en la Plaza de la Vendome.

En épocas en las cuales quizás volvamos a oír precios regulados, como queriendo frenar una ola con un tenedor, recordemos que los precios libres son la única forma de generar señales que conduzcan a la economía por el sendero adecuado.

F. V Hayek decía que la base de la economía reside en los mercados, que a pesar de sus limitaciones es la única institución que puede procesar el mundo de los precios relativos y coordinar las decisiones de sus agentes.

Cada una de las intervenciones en los precios, confunden y paralizan las decisiones. Generan deformaciones en la estructura productiva y consecuencias mas graves aun a quienes, supuesto control asegura tutelar.


La historia indica que las señales confusas en economía, se pagan con atrasos y grande conflictos sociales; que la inflación no se resuelve evitando la dinámica de los precios y que a mas impuestos, mayor pobreza.

Los argentinos profesamos jactancia de la contumacia? Esta vez sera distinto?

sábado, 12 de octubre de 2019

Los caminos posibles

Dice el manual de la vida que cualquier ser humano aprende o debería tener la capacidad para hacerlo, aunque siempre hay excepciones.
Dice el manual de la vida que cualquier ser humano aprende o debería tener la capacidad para hacerlo, aunque siempre hay excepciones.
Los seres vivientes del reino animal nos dan lecciones de la evolución darwiniana y de superación constante que, los bípedos muchas veces nos cuesta asimilar y, el tiempo pasa con las consecuencias que no tomar nota de lo vivido para mejorar.
¿Qué deberíamos aprender? De las experiencias básicamente. La cultura oriental considera a los adultos mayores, una fuente inagotable de vivencias a capitalizar y pilar central de la sociedad, es por ello el culto del respeto por ellos es incondicional. Aprender de las experiencias ajenas nos permite: ganar tiempo y ser más eficientes en términos de resultados ya que nos evita del mayor costo, la prueba y error. Desperdiciamos el recurso más valioso y finito (el tiempo) repitiendo desaciertos como si de los errores nada aprendemos. Nada.
Otra fuente de conocimiento es la propia experiencia y la aventura de forjar nuestro camino en función a los golpes, frustraciones y también los aciertos. Claro que cada cual precisa vivir sus propios momentos para evolucionar cómo persona, cada vida es inigualable, única y de hecho cada persona lo es. Solo que en la vida de una sociedad quienes dirigen los destinos de sus pueblos, una responsabilidad superior los embarga.
La economía como ser viviente corre la misma suerte en términos de aprendizaje, sólo que en Argentina entre 1930 y 1960 decidimos “descolgarnos del mundo” y hacer nuestro propio camino, más allá de algunos momentos parecía que habíamos tomado nota de quienes hoy lideran el mundo y antes se inspiraban en nuestros fundadores. .
Un extraño romanticismo revolucionario y de combate al capital fue ganando espacios para hoy resultarnos en cada vez más pobres, ignorantes y de un futuro verdaderamente sombrío al menos en términos de resultados económicos.
Ese extraño espíritu revolucionario que dice combatir al capital tiene cómo premisa un Estado que se filtró crecientemente en la vida privada económica cómo el agua entre las piedras. No sin enormes costos y postergaciones. Hasta mi hijo Pancho (10 años) repite que nada en gratis en la economía, aunque en la falacia intelectual de muchos dirigentes este siga siendo un slogan segmentado a quienes siguen creyendo que la mayor asistencia genera mejores resultados. Los números indican de plano lo contrario.
Hasta la década del 30 Argentina era potencia junto con Australia, Canadá y Estados Unidos con quienes compartían un PBI de +5.000 G-K en dólares de 1990. Tema agotado. Entre el 30 y el 60, las banderas revolucionarias comenzaron a socavar los cimientos de la libertad que proclamaba Juan B. Alberdi entre otros verdaderos visionarios. Aquellos países lograron multiplicar 6 veces el valor de su PBI cuando nuestra bendita economía sigue subsumida en el estancamiento económico y en el retraso intelectual. Nacía la argentina de los derechos, del Estado elefante, de poderosos sindicatos y de la renta financiera.
Pasó más de medio siglo de aquel momento en que definimos hacer nuestro propio camino, aislándonos intelectualmente de los países de vanguardia.
Estos 50 años de populismo ameritan ser evaluados con datos duros y no percepciones o ideologías vacías de análisis. Estas discusiones de posicionamiento solo interesa a los funcionarios, nos distraen de lo que en verdad nos interesa a los privados: y es contar con reglas de juegos estables, previsibles y fundamentalmente plausibles para invertir nuestro único tiempo en actividades que nos permitan desarrollarnos como emprendedores y a partir de la dignidad del trabajo, evolucionar como seres sociales.
Medio siglo perdido sin crecimiento y transitado con una presión impositiva que triplica los valores de entonces; 10 millones de planes de asistencias sociales; una sobre población de empleados públicos de 3,2 millones de individuos; un Estado 3 veces más grande, con una deuda pública que equivale al 100% del PBI; un coeficiente de Gini que cayó del 0,635 a 0,447; una inflación conocida, parte del decorado y, lo más relevante con una pobreza que al menos, avergüenza del 35%.
El resumen de estos datos son tan contundentes que solo un necio puede insistir en este camino de un Estado omnipresente implica bienestar, sino todo lo contrario, decadencia. El axioma sobre el que se edificó aquel giro de política economía, nos hizo más pobres, más ignorantes y muy dependientes.
Hubo ganadores. Los pícaros que enarbolan la bandera que no pueden sostener con sus conductas privadas y en complicidad con una justicia ciega, sorda y muda.
¿Y si probamos con algo distinto? Por ejemplo, con un Estado 50% de su tamaño actual y acorde a lo que podamos sostener. Acotando la carga impositiva, generando el traspaso de los empleados públicos al sector privado y con el foco en competir aportando valor y no escondiendo las ineficiencias debajo de la alfombra, quizás nos depare un futuro mejor.
Se puede salir de esta situación solo generando riquezas, menores gastos, más inversiones y reviviendo la cultura del trabajo, más producción en primer lugar. Una Argentina que premie y cuide a quienes hacen el esfuerzo e incentive la dignidad de quienes hoy solo se confinan a vivir de un Estado que en su estado de morbicidad precisa urgente de cirugía mayor. Sino, sopa y otra vez sopa.

domingo, 29 de septiembre de 2019

La economía de Tom & Jerry

La economía argentina y la carrera de Tom & Jerry

Los salarios vienen hace más de una década perdiendo la batalla contra la inflación.
William Hanna y Joseph Barbera fueron los creadores de la famosa dupla Tom & Jerry. Una pareja de mascotas amigas y enemigas intimas que por varias generaciones captaron con sus historias nuestra atención. Dicho sea de paso, ganaron 7 premios Oscars. Todo un éxito.
Hoy, los niños tienen una variopinto de estímulos tan amplio que lograr su atención es cada vez más complejo y se ha vuelto un recurso absolutamente escaso. Volver a la inocencia de aquellos días, sería una buena forma de revivir valores, en cierto modo esas mascotas eran muy compañeras y se defendían mutuamente.
Dejemos la inocencia de lado y pasemos a la economía que tiene varios clásicos de discusión y ocupación permanente como es la carrera de los salarios contra la inflación, otra interminable historia del gato y ratón.
Los salarios vienen hace más de una década perdiendo la batalla contra la inflación. Digamos que la inflación corre más rápido que los salarios y es por esta diferencia en velocidades, que en promedio todos perdemos poder de compra y por ende somos más pobres.
David Ricardo (1772-1823) un Tom & Jerry de la economía, definía al salario en la teórica microeconómica como el pago por la productividad y en su ley de rendimientos decrecientes, el salario de equilibrio era aquel que iguala a su productividad marginal (w=pmgl). Técnicamente aquellos eran de subsistencia “Ley de bronce de los salarios”, que solo alcanzaban para sobre-vivir y reproducirse a duras penas.
O sea que el salario paga lo que en verdad con el trabajo cada uno agrega al producto final. Quien coordina la producción (el empresario) en sus cabales, no pagaría un salario más alto de lo que en verdad recibe por el trabajo y su productividad asociada, a menos que justifique su accionar en obras de beneficencia u otra modalidad que escape a la lógica económica.
¿Qué determina el valor agregado o lo productivo que somos?: El nivel educacional, la actualización continua; la eficiencia de los procesos productivos, la re ingeniería; la tecnología incorporada (ahorro previo como condición necesaria); la vagancia o la proactividad (salir de la zona de confort); la “tajada” que se apropia el Estado (resta al consumo e inversión)
“Inflación por el ascensor y salarios por las escaleras”. Fue una frase acuñada por un ex presidente que, en su tercer mandato por el shock del petróleo y la “inflación importada” daban lugar a un episodio de actualización de salarios por sobre la inflación en orden del 220% (inédito). Claro que, como nada es gratis en económica esas cuentas se pagaron con mas retrasos y decadencia propia de escenarios artificiales.
Estamos en pre-elecciones, momento en el que abundan los eslogans sin contenidos, las soluciones mágicas y la demagogia egoísta. Eso si, tantos años de retraso y educación en retirada van generando la tierra fértil para que germinen los sin sentidos. Los “chistes y los artistas” son los mismos, solo que el público se renueva. Debemos aprender qué lo gratis no es tal y qué no pagar las cuentas siempre sale caro.
Ante este escenario de salarios qué no alcanzan podríamos intentar una postura diferente: a) renovar conocimientos, desaprender, b) hacer mejor lo que hacemos, profesionalizarnos y c) aprender a leer un mercado con necesidades renovadas.
En definitivas buscar la solución aportando valor y siendo más productivos en lo que hacemos, es una postura de asumir responsabilidades y no esperar qué el escenario cambie, al menos por ahora.
La matriz llamada mercado (los consumidores, vos y yo) juzgamos productos y servicios en cada compra y como contrapartida pagamos un precio o una compensación. Este ultimo se justifica en función del valor que agregamos con lo que hacemos y que será un salario cuando trabajamos en relación de dependencia o un precio del bien o servicio que brindamos como emprendedores.
Cada cual al momento de comprar y pagar por algo, asumimos qué estamos recibiendo algo qué vale más de lo qué estamos en efecto pagando. Nadie pagaría más por algo qué lo considera menos valioso qué su pago.
Argentina se caracteriza por tener una mega y costosa estructura estatal. Sostener esta mochila con impuestos limita al privado en sus decisiones de consumo y a las empresas pagar mejores salarios y restringir la inversión. 1+1=2. No digo nada nuevo, pero hay que repasarlo.
El elefante que supimos enquistar intenta “compensar” las fallas del mercado, cargándonos de mayores compromisos que, sin valor agregado debemos sostener con transferencias crecientes del privado al público.
Al menos la ultima década, argentina mantiene su nivel de producción (PBI) constante y como contraparte, hay mas ocupados (productivos es otra cosa). Igual producción y mas gente que asistir, la cuenta da un salario real (neto de inflación) que cae como un piano año tras año.
En escenarios recesivos (+ de 32 trimestres sin crecimiento) esta dinámica negativa se potencia y mas aun cuando las rigideces del mercado laboral imponen condiciones que no tienen por objeto compensar con mayor producción la caída de los ingresos salariales sino la de sostener un salario a como de lugar generando una globo condenado a estallar.
No sugiero ajustes de salarios sino foco en la producción, estímulos impositivos y regímenes de industrialización competitiva que aspiren los fondos del sistema financiero hacia el productivo. Es la única forma en que vamos a poder pagar la deuda.
Entre los años 2022 y 2023, deberemos honrar vencimientos de deudas por más de 45 mil millones de dólares. Esto significa qué producir y a toda velocidad es indispensable.
La carrera Tom & Jerry de salarios e inflación seguirá siendo un clásico en la medida qué el Estado siga siendo un pesado socio a quien mantener. Ganarle con salarios a la inflación dependerá de la capacidad de producción, de menores impuestos, de mayor apertura económica, de un gasto público más eficiente y de un pueblo que se re eduque sobre la base de agregar valor.
El estado verdaderamente crítico de la economía Argentina, amerita que aquellos qué hoy se pelean cómo gato y ratón, sean solidarios en consensuar soluciones, como lo hacían Tom y Jerry cuándo se mandaban de las suyas. La economía siempre tiene dibujos





Las 4 patas de la economía

Las cuatro patas económicas

Todavía resuena el revival del cepo cambiario, una versión light de una película que ya conocemos.
Domingo 15 de Septiembre de 2019
Todavía resuena el revival del cepo cambiario, una versión light de una película que ya conocemos y que dado el escenario económico, se imponía casi sin opciones, era necesario.
Está restricción desde la óptica de política monetaria, altera el resultado que se lograría si las fuerzas de oferta y demanda operaran libremente, pero la desconfianza (fundada) y el desprecio por la moneda nacional obligan decisiones de este tipo. La erosión de 13 ceros parece aún no ser suficiente.
La moneda no es un símbolo patrio, es un engranaje de la economía que fue y es muy descuidado por quienes gestionan la cosa pública. Se ve cómo un fusible qué amortigua en el corto plazo los déficits y condiciona el crecimiento en el largo plazo. En castellano, se usa a discreción.
Siempre me llamó la atención de equipos comerciales cuando un líder muy rígido y bajo un esquema penitenciario de castigos y hay veces algún premio, obtiene los resultados deseados por parte de sus liderados.
Esa misma gente, con un líder que intenta evolucionar y volcar la responsabilidad de sus acciones en sus liderados y no en acaparar el monopolio de la decisión, por lo general obtiene resultados opuestos. Es posible que logremos mejores resultados bajo regímenes más estrictos y con menores grados de libertad?
Estamos a unos 50 días de un nuevo proceso electoral en el que los candidatos van rendir previamente un examen-debate sobre el que se seguramente se expondrán al menos conceptualmente los lineamientos de política económica sobre los que intentaremos planificar un nuevo escenario que pueda permitirnos salir del pantano.
El concepto de la demanda agregada (DA) puede servirnos para esquematizar el proceso de escucha activa e interpretar los discursos en función de a que variables de las más abajo descriptas nos están dirigiendo el mensaje y poder leer entre líneas cual es el horizonte.
Conceptualmente, la demanda agregada contabiliza el total de los bienes y servicios que son demandados por un país para su funcionamiento en un periodo de tiempo. Esta demanda deriva de: consumidores, empresas y el Estado. Esta sumatoria mide el equivalente del PBI y es por ello que se utilizan como sinónimos. Su formula: DA = Consumo + Inversión + GP + (X-M)
Asumamos por un momento qué estamos por armar una plataforma sobre la que intentaremos edificar algo, es este caso una idea de país, qué independiente de quién sea el inquilino del poder, no destruya lo anterior, evolucione y otorgue previsibilidad.
Estás cuatro patas sobre las que se pueden y deben construir las plataformas en materia económica podrían enumerarse en términos simplificados como sigue.
•Consumo: se construye a partir de un componente autónomo, la propensión a consumir (y/o ahorrar como contraparte) y en definitivas dependiendo del ingreso disponible. Claro está que sin ingresos disponibles y creciendo a menor ritmo que la inflación, esta variable seguirá siendo castigada. Dado que el consumo explica más del 80% del PBI, es determinante conocer cuáles son las propuestas para que este motor de vital importancia en la economía este dinamizado en todos los estratos de la sociedad.
•Inversión: es la segunda pata que mira hacia el futuro y que se explica por el nivel de producción (y las expectativas de futuro), las tasas de interés, las reglas de juego, las cargas fiscales y de la confianza que genera un proceso político que priorice la producción y el valor agregado como motor de desarrollo económico. Cuando pensamos y priorizamos las finanzas por sobre la producción, llegaremos inexorablemente a un callejón sin salida. Debemos enfocarnos en producir lo que en términos comparativos y competitivos somos geográfica y humanamente eficientes.
•Gasto público: otra de las aristas y que grandes dolores de cabeza nos trae, es inflar un globo bajo el argumento que el Estado tiene que brindar la solución de los problemas y por ende debe inmiscuirse crecientemente en todos los aspectos de la economía. En los últimos años el único sector que ha generado empleo, haciendo de la carga impositiva la espada de Damocles sobre el que junto con las tasas de interés anula cualquier proyecto de inversión. Un Estado que potencie al privado, que sea ágil en su burocracia, y transfiera capital humano al sector productivo. El beneficio será para todos.
•Comercio exterior: por estos días, casi no quedan economías que no se vinculen con el mundo. Cerrarse ya no es una opción, sería una sentencia. El mundo poso los ojos en argentina hace mucho tiempo y si logramos unificar criterios de hacia dónde está el norte, nuestras riquezas naturales podrían darnos un diferencial.
Las vacas lecheras de estos días. Argentina cuenta por estos días dos motores que cuando ganen dinamismo serán imparables: Vaca Muerta (Mendoza, La Pampa, Rio Negro, Neuquén) 35.000km2 con la reserva de gas y petróleo no convencional más grande de argentina y la segunda más grande del mundo (2,5 billones de dólares, 4 veces nuestro PBI).
Otro tanto para el caso del Litio (el oro blanco), una industria que actualmente aporta un 10% del total de las divisas que genera el agro y en los próximos años podría cuadruplicar su capacidad de producción.
Es suficiente para un domingo ya. A disfrutar en familia, pero no dejar de prestar atención en esta campaña electoral a los mensajes, las ideas y fundamentalmente a los mensajes subliminales, la clave está en los detalles y no en la grandilocuencia de los mensajes vacíos de contenidos.
La nueva generación dorada del básquet, habla de equipo, compromiso, planificación, largo plazo y unidos cuando salen a la cancha. Los resultados los avalan.
¿La dirigencia se animara a evolucionar? Seguramente que sí. El contexto lo amerita.